martes, 21 de mayo de 2019

¿Sabes qué es el monocabin?


Cuando los metros escasean, las ventanas son las grandes aliadas, pero hay trucos para no ahogar los espacios y que no falte de nada.
Una pequeña residencia vacacional en la isla de Rodas (Grecia) hecha de paneles modulares, fáciles de ensamblar, y a la que definen como “espacio-laboratorio”, donde el diseño está al servicio de su morador.
Lo importante es maximizar el confort en dimensiones mínimas y generar una sensación completamente opuesta a la de una casa pequeña. “El flow del interior no debe estar obstaculizado por cortes y, para ello, se debe utilizar mobiliario modular, como mesas de pared o dormitorios mezzanine.

Foco funcional

Para que el plan funcione hay que prescindir de las superficialidades y definir los componentes de cada estancia al milímetro. Una norma, pragmatismo en el diseño del mobiliario y en la composición de interiores.
Cuanto más se adapte el mobiliario a las necesidades particulares de cada caso, más respira el apartamento. “Cada mueble ha de ser concebido como hecho a medida, para hacer del ambiente un lugar mejor para vivir, como hemos hecho con Monocabin”. También hay que evitar objetos muy llamativos que fatiguen el ojo.

Aliarse con el entorno

Las barreras internas pueden equilibrarse con el espacio exterior. Las ventanas son las grandes aliadas de las minicasas. Árboles o incluso la estampa del cielo expanden una ilusión de amplitud. “Quisieron acentuar la sensación de vivir en la naturaleza disipando el concepto entre interior y exterior. Una propuesta donde las paredes, los techos altos y las ventanas son solo un interfaz y ofrecen una gran percepción del entorno”. Aunque para que la idea funcione, hay que darle también margen a la imaginación, dejarse llevar por “la sensación de estar dentro a medida que el exterior se adentra”.
La conexión interior-exterior no es solo física. “El legado cultural es un aspecto importante del desarrollo sostenible.
Todo eso puede verse a través de elementos tan sutiles que no interfieren en la funcionalidad. En Monocabin, los artistas han intervenido las instalaciones pero de forma muy respetuosa con el espíritu del proyecto, empezando por la arquitectura. “Proporcionan tono, pero no definen el contexto. Todo lo contrario, lo revelan.

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